Marta y Alejandro, se casaron en Guadalupe (Cáceres), un enclave precioso para una boda, en la que no faltó ningún detalle, todo estuvo muy cuidado pues los novios se volcaron para que todos los invitados se sintieran cómodos y disfrutaran de un fin de semana diferente.
Los novios viven en Madrid y la idea de celebrar su boda en este destino, además de ser emotivo para una parte de la familia de la novia que procede de Extremadura, les resultaba muy atractivo para pasar un fin de semana distinto con familia e invitados, de hecho, no falló casi nadie pues a todo el mundo le apetecía mucho el plan.
Cada vez es más frecuente buscar un destino apetecible y celebrar la boda como fin de semana, “Weekend Wedding”.
Nos llamarón con un año de antelación, así que lo fuimos preparando con mucho tiempo y disfrutando de cada paso, los novios trabajan mucho (como casi todas las parejas de ahora) así que delegar en una empresa y programar todo con tiempo, les daba tranquilidad.
Nuestro trabajo con ellos fue a través de correo electrónico y teléfono y no tuvimos ningún problema en ningún momento, además claro está de conocernos y quedar con ellos en Guadalupe para trazar un diseño de la boda.
El día antes celebraron una pre-boda con los invitados que ya estaban desde el viernes, fue en la plaza de Guadalupe en una terraza al aire libre y teniendo al Monasterio como fondo.
Fue una Ceremonia Religiosa, celebrada en el Real Monasterio…. Una maravilla, única donde cada momento es inolvidable, desde la entrada de la novia, las flores que adornan el lugar, la música…. Todo suma pero en sí, el sitio por sí sólo, ya lo es todo.
Adornamos la Iglesia con flores blancas y verdes de forma que resaltaba el Altar y tenía mucha luz, la música fue maravillosa, coro e instrumental.
A la salida de la Ceremonia, les esperaban un grupo de folclore típico extremeño que se volcó, bailando y cantando típicas jotas.
También pusimos un puestito de limonada que por cierto fue todo un éxito, pues no dejo ningún invitado de acercarse a él y refrescarse con la bebida.
Seguidamente nos fuimos al Parador, donde se servía el cóctel y la posterior cena, todo en el exterior: patio y jardín.
La novia nos comentó desde el principio la importancia que le daba a las flores dentro de la decoración, quería muchas y todo en tonos rosas y verdes, así que estuvimos felices rodeadas durante los dos días del montaje, de flores y más flores…..
Hicimos nosotras los centros de mesa también y de verdad que fue un placer trabajar con la libertad que nos dieron los novios y la amabilidad del personal del Parador.
La novia estaba ideal con un vestido de Fernando Claro , peinada y maquillada por Oui Novias así que cuando la vimos llegar a la Iglesia nos emocionamos al verla.
En esta boda estuvimos cinco personas, tres para el montaje y dos para la Presencia y Coordinación del día B, nos ocupamos de que todo saliera según el Timming planeado y llevando a cabo cada detalle que querían los novios, con sorpresas incluidas de invitados también….
Y ya como broche final, vino un grupo de rock de Madrid: “The Hot Tubes” estuvieron en la barra libre y fue súper marchoso y divertido, además el novio subió al escenario con una guitarra a tocar también… para sorpresa de los invitados!!
Para la Recena no faltaron la mesa de dulces de Petite Sucreme y los carritos de palomitas, perritos y crepes.
Al día siguiente los invitados pudieron disfrutar todavía de Guadalupe y los novios se marcharon a su luna de miel que era un viaje por la costa oeste de EE.UU.
Os recordaremos siempre chicos!!!
Gracias por confiar en Eme&Be.
Deja una respuesta